¡Viajar con niños mola!
Mi marido y yo viajamos mucho. Es algo que nos apasiona a ambos y siempre que hemos tenido ocasión, hemos organizado una escapada para desconectar y conocer sitios nuevos.
Cuando me quedé embarazada, fueron unos meses complicados y el reposo casi absoluto nos obligó a apartar nuestros viajes, hasta que nació Daniel y empezamos a retomar nuestros fines de semana en Madrid para ver a la familia.
Subir a casa de tus padres, «no es oficialmente un viaje», al menos no para nosotros. Allí tenemos un montón de cosas que nos facilitan la estancia: cuna de viaje, trona, bañera, pañales, leche… Y por supuesto la familia.
Así que una vez hecho el rodaje, este fin de semana nos lanzamos a superar nuestra primera prueba de fuego: escapada a Valencia en fallas con Daniel ¿Puede haber una combinación más explosiva?
La elección del sitio
Para nosotros fué importante buscar un sitio cercano, que no nos llevará más de dos horas en coche para hacérselo más fácil al peque: Valencia era el destino perfecto.
Tan importante como el lugar, creo que es la hora de salida en el viaje. Aprovechamos la primera hora del día, porque Daniel suele estar dormido, y fué genial: la mitad del viaje no nos enteramos de bebé y la otra mitad estuvimos leyendo algún cuento y viendo videos de «Little Babuelo Bum» que preparamos en el IPAD ¡Se portó fenomenal!
El hotel
Valencia en fallas es una fiesta contínua, hay muchísima gente y casi todos los barrios organizan sus propios festejos. La elección del hotel es importante. Mi recomendación es buscar un opción que te permita desplazarte al centro andando pero que a la vez te ofrezca tranquilidad, creo que hay que compensar un poco cuando se viaja con un bebé de 15 meses.
Nuestra elección fué el SH Valencia Palace, tuvimos una experiencia correcta, pero no creo que repitamos, la organización interna del hotel dejó bastante que desear para tratarse de un cinco estrellas.
Dónde comer y cenar
Importantísimo es reservar. Al menos para este viaje, con la ciudad en fiestas, todo está colapsado, así que hemos dejado poco tiempo a la improvisación en este aspecto. Con el peque no se juega con la comida, así que hemos intentado respetar sus horarios y nos ha funcionado muy bien.
De paseo por La ciudad de las Artes y las Ciencias
¡Teníamos muchas ganas de ir allí con Daniel! Estuve viviendo una temporada cerca, y mi marido y yo tenemos recuerdos muy chulos, así que nos hacía especial ilusión. Además tengo que deciros que Daniel lo dió todo, para los que nos seguís conoceréis la predilección del peque por el agua, asi que os podeis imaginar lo que pasó. Las carreras e intentonas de meterse en el agua se estuvieron sucediendo todo el rato que estuvimos por allí, hasta que lógicamente cayó rendido. ¡Me parece un sitio espectacular para pasear en familia!
De ruta por las fallas
Aunque la mayoría aún no estaban montadas, no nos resistimos a darnos una vuelta por el centro y pudimos deleitarnos con estas maravillosas obras de arte. Detrás de cada una de ellas, hay mucho esfuerzo, ilusión y trabajo ¡Felicidades de corazón a tod@s l@s que lo hacéis posible!
Nuestra primera mascletà noctura.
Tuvimos el privilegio de poder escuchar y ver una de las mascletàs más impresionantes que recuerdo. Los chicos de Casual Hoteles nos brindaron su azotea y pudimos disfrutar de unas impresionantes vistas. El peque estuvo dentro, ya que pensamos que podría asustarse, aunque tengo que deciros que apunta maneras, me da a mi que no se le va a resistir una fiesta. Por cierto, nos hemos apuntado el hotel , es «baby friendly» y nos encantó lo preparado que está para los niños, ¡repetiremos con mi bebé molón seguro!
Para los que dudáis, os recomiendo 100% la experiencia. En nuestros caso, éramos nosotros los que íbamos con más miedos y prejuicios, porque el peque se portó fenomenal. Eso sí, mi recomendación: «No todo vale». Hay que ser consecuente y tener claro que viajas con un bebé.
By Esther Salamanca ??